
¡¡¡Mi hijo no quiere hacer los deberes!!!
En casa de Lucía y Fernando todos los días se encuentran con el mismo problema, llegan las diez de la noche y Rubén aún no ha acabado con los deberes. Es unaguerra constante, es así como lo vive la pareja y nos lo expresan de esta manera en la reunión que tenemos con ellos y con nuestra psicopedagoga. Rubén, de 7 años de edad, llega a casa todos los días a las 5 de la tarde, y tras una breve merienda de 5 minutos, su madre lo manda a su habitación a hacer los deberes.
Cuando Fernando llega de trabajar se dirige al cuarto de su hijo, le pregunta cómo ha ido al día y se dispone a ayudarlo en las tareas que le quedan por finalizar. Han pasado dos horas desde que se sentó Rubén y tan sólo ha realizado un ejercicio, además de varios aviones de papel.
Para que los niños tengan éxito en los estudios, es necesario que posean la capacidad intelectual para poder estudiar, que estén motivados, que adquieran conocimientos de manera gradual y que sepan dominar hábitos de trabajo y estudio.
¿Qué podemos hacer para que Rubén termine sus deberes y no se convierta en una pelea diaria?
1. PERMITIR DESCANSOS
Si este niño se ha despertado a las 8:00 lo más normal es que a las 17:00 esté bastante cansado, no?? una merienda de 5 minutos??. Algunos padres hasta le llevan la merienda al pupitre para que vayan comiendo mientras empiezan con las tareas. Este es uno de los principales errores que se cometen. Como adultos que somos, ¿no nos gusta descansar un poco después de una jornada de trabajo?, a mí me encanta, y a Rubén te aseguro que también le gustará. Es importante que los padres empiecen a administrar los descansos de manera adecuada.
2. PLANIFICACIÓN
Como sabes las tareas en el colegio están muy planificadas: clases, descansos para el recreo o para jugar en el patio. ¿Por qué no le ayudas a planificar las tareas que debe realizar en casa?. Es recomendable que después de esa merienda, la cual ha recargado las pilas de nuestro pequeño estudiante, empiece por aquellas materias de mayor dificultad y deje para el final las más fáciles.
3. HÁBITOS DE ESTUDIO
Está intimamente relacionado con lo anterior, con la planificación vamos a ir generando los hábitos de estudio necesarios para un buen rendimiento. En un primer momento, esos hábitos precisan una supervisión, estar cerca del niño. No es necesario estar ahí como un policía vigilando qué está bien y qué está mal. Vuestra función es la de una ayuda indirecta (rutina de estudio y ambiente adecuado) y ayuda directa cuando es imprescindible y así lo solicita, pero hay que retirarse cuando el niño puede seguir solo.
4. ATENCIÓN Y MOTIVACIÓN
A Rubén le encantan los aviones, tiene en su habitación varios modelos en miniatura, además de diversos cuadros colgados en la pared. Es ahí donde va su mirada cuando no le apetece leer el libro que tiene sobre la mesa. Es recomendable evitar estos elementos distractores, y acordar con el niño todo aquello que vamos a hacer con él cuando acabe con las tareas, como por ejemplo, probar en el parque el nuevo avión que le regalaron en su cumpleaños.