
¡¡¡¡Mi hijo es MALO!!!!
Gonzalo acaba de cumplir 3 años ysus padres están muy preocupados. En la guardería donde ha estado este último curso le han dado una valoración bastante negativa de la forma de relacionarse de Gonzalo, su monitora le ha dicho a su madre que es un niño malo, agresivo y que no acepta las normas. Es por ello que han decidido acudir a un psicólogo infantil para arreglar la situación del pequeño, ya que temen que en el colegio sus profesores/as les presenten las mismas quejas. Me cuentan los padres de Gonzalo que en casa se comporta bastante mal, es desobediente, no hace caso a nada, muerde a su hermana (que acaba de cumplir 6 meses), tira al suelo todo lo que encuentra en su camino,… lo castigan y no funciona porque se porta aún peor. La angustia de los padres es evidente al hacerme preguntas como… ¿Por qué es tan malo nuestro hijo? ¿Qué solución tiene esto?.
Son muchas las preguntas que debemos hacernos ante una situación así… ¿es realmente malo mi hijo/a? ¿qué lo lleva a comportarse así? ¿qué ocurre cuando yo no estoy con él o ella? ¿cuando se quejan de su comportamiento, a qué me están haciendo referencia?
Son estas preguntas las que les planteo a los padres de Gonzalo en la consulta de psicología infantil y comenzamos a hablar sobre la primera de ellas… ¿es realmente malo mi hijo/a?. La respuesta es clara y muy sencilla, NO. Ningún niño es malo, por más que muerdan, tengan pataletas, tiren la comida al suelo o se conviertan en el centro de atención del supermercado cuando quieren una piruleta, los niños (aunque tengan esos comportamientos) no son malos.
¿Qué entienden ellos cuando les decimos que son malos?
A estas edades los malos son los lobos que se comen a las abuelitas, los dragones que echan fuego por la boca y el coco que viene a asustar a los niños. En realidad los personajes malos son aquellos que por su comportamiento nadie los quiere y se han quedado solos, ser malo es terriblemente malo. A fin de cuentas, los niños y niñas se sienten rechazados/as cuando en repetidas ocasiones están escuchando de los adultos que son malos. Debemos diferenciar entre el «ser» y el «hacer», que un niño tenga un comportamiento malo o inadmisible (como morder a su hermana), significa precisamente eso, que su comportamiento es malo, transmitiéndole el mensaje «mamá te quiere mucho, pero esto que has hecho está mal».
¿Qué lleva a los niños a comportarse de esa manera?
Una vez que hemos aclarado que los niños no son malos tenemos que jugar un papel muy activo en el comportamiento de nuestros hijos/as, poniéndonos en su lugar. Está claro que no tenemos motivos únicos para estos comportamientos, y en cada caso podremos estar hablando de situaciones bien diferentes: necesidad de atención y mimos, sueño o cansancio, hambre, celos, búsqueda de autonomía, etc. Siendo muchos los motivos por los cuales un niño se comporta mal con sus iguales, debemos optar por estas opciones, y siempre plantearlas como el camino adecuado sobre el que caminar como padres; esto es de gran importancia, porque será muy diferente el comportamiento que tienes con tu hijo si piensas que se comporta mal porque tiene celos de la hermana y necesita atención, a que se comporta así simplemente porque es malo y le gusta hacer de rabiar a su hermana.
¿Podemos hacer algo los padres/madres para ayudarlos?
Podemos y debemos. He aquí algunos consejos prácticos:
– Cuida tu lenguaje. Si tu hijo llega a creerse que lo es, se comportará de esa manera en repetidas ocasiones.
– Entiendo que…. es fundamental que empatices con él o ella, y le digas algo como «entiendo que estás cansado y necesitas que mamá esté contigo, pero tengo que contestar una llamada, te prometo que cuando acabe…»
– Buscar alternativas: «qué te parce si mientras vas a buscar a papá y váis preparando el baño juntos»
– Valorar los pequeños cambios que vuestro hijo/a está dando, sé que al principio serán pequeños, pero debemos valorar todo lo que nuestro pequeño está cambiando en su comportamiento y reforzarlo por lo feliz que nos hace verlo así.
Al final los padres de Gonzalo entendieron que su hijo no es malo, simplemente necesitaba que estuvieran con él y que les enseñara a gestionar sus frustraciones. Como tantos niños y niñas, Gonzalo se encuentra en una época de transición muy importante en la que negarse, descubrir, patalear, quejarse o reclamar lo que es de uno a bocados, forma parte de la rutina diaria, y como padres debemos entender que eso es precisamente lo que está ocurriendo. Si te has sentido identificado/a con el caso de Gozalo puedes solicitar información sin compromiso a Tu Supernanny.
———————————————————–
Carmen Berzosa – Psicóloga Infantil