¿Qué hago para que mi hijo/a cambie?
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¿Qué hago para que mi hijo/a cambie?

¿Qué hago para que mi hijo/a cambie?

Adolfo y Sara acuden a consulta preocupados, no saben que hacer con el pequeño Alberto, ven que hay algo en el niño que no funciona…. no saben encontrar muy bien que describan el comportamiento de Alberto, resumiéndolo en una frase que escucho muchas veces en consulta «creemos que nuestro hijo no es feliz«. Es por ello que deciden consulta a una psicóloga infantil y solicitar asesoramiento. Esta frase es repetida por muchos padres que acuden al centro de psicología infantil donde los atiendo, el alegato que escucho en repetidas ocasiones es muy similar: «está casi siempre enfadada», «parece que no disfruta con lo que hace» «antes era una niña mucho más feliz» «de un tiempo a esta parte parece que diera pasitos para atrás», «se niega a todo lo que le proponemos».

¿Siempre es necesaria una intervención psicológica?

Como explico a continuación, la respuesta no siempre es afirmativa. En este caso, una vez realizada la evaluación psicológica adecuada, tanto con los padres como con Alberto concluyo que no es necesaria una intervención psicológica. Alberto ha estado expuesto a demasiados estresores externos (cambio de domicilio, muerte de una abuela y cambio de centro escolar). Esto es algo que ocurre con mucha frecuencia, ya que cuando un niño de apenas 4 años tiene que estar expuesto a situaciones como las descritas anteriormente, lo más lógico y razonable es que su mundo se desmorone (al menos un poquito) y explote.

Pero, entonces ¿por qué actúa como si estuviera enfadado con sus padres?, al menos es así como se sienten los padres de este niño cuando acuden el primer día a consulta. Este y otros niños actúan así porque sencillamente no saben hacerlo de otra manera, es decir, nuestro querido Alberto siente que hay cosas que han cambiado, él no sabe explicar sus emociones con las palabras adecuadas (tal y como haría un adulto), pero eso no quiere decir que no sientan tales emociones, sí que la sienten y de manera muy intensa. Y todas esas emociones van a desembocar a esas personas donde Alberto se siente seguro y cómodo: sus padres. Los niños pequeños pueden aguantar en su día a día diversos momentos estresantes, pero al llegar a ese lugar conocido, seguro y donde ellos se sienten cómodos es cuando explotan y manifiestan todas las emociones que han estado aguantando durante el día a día.

Pero Adolfo y Sara no se quedan muy conformes y quieren saber qué deben hacer para que su hijo vuelva a ser el que era.

Y si no es necesaria una intervención terapéutica, ¿qué pueden hacer los padres?

  • Ofrecer información: es importante crear un escenario donde el niño pueda expresar lo que siente, como os dije antes aunque el niño no va a encontrar las palabras adecuadas para hablar de sus emociones, pero si le ofrecemos un escenario a través del cual pueda canalizar sus emociones será más fácil para este niño. En el caso de un cambio de domicilio o de centro escolar se pueden rescatar fotos antiguas de su cuarto, de sus compañeros y hacer un collage sobre su tiempo en esa casa.
  • Jugar: los que me conocéis sabéis que son defensora 100% del juego, bien como fin (jugar por jugar), bien como medio (juego terapéutico), de hecho en mi despacho dispongo de multitud de juguetes para las sesiones de terapia infantil. A estos padres les recomendé que jugaran con Alberto a las familias, donde uno de los personales era la abuela y ahí el niño iba manifestando todas sus emociones sobre lo ocurrido.
  • Dejar sentir: una vez que le hemos ofrecido a los niños los escenarios adecuados es importantísimo dejar sentir, es posible que sientan tristeza ante la pérdida de lo que ya no tienen, si os véis en esta situación no acompañéis con frases del tipo «no pasa nada» «vamos a jugar a otra cosa», más bien vamos a acompañar esas emociones con «entiendo que estés triste» «yo también me enfado cuando pienso en la casa de antes».

Como veis, no siempre es necesario realizar una intervención, pero lo que nunca está de más será jugar con vuestros hijos y que ellos dejen volar su mundo emocional. No dejes de jugar con tu hijo y acompáñalo siempre.

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Carmen Berzosa – Psicóloga Infantil

www.tusupernanny.es



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